Una propuesta interdisciplinaria que combina psicología comunitaria, comunicaciones y ciencia ambiental

La Facultad de Ciencias e Ingeniería (FACI) continúa fortaleciendo su compromiso con la investigación aplicada y el trabajo interdisciplinario en contextos de alta complejidad socioambiental. En esta línea, dos estudiantes de la carrera de Biología participaron recientemente en una visita de campo a la ciudad de La Oroya, en el marco del proyecto CICLOMIN (Centro de Investigación para la Rehabilitación Ambiental y Minería Responsable).

Daniela Bussalleu, estudiante de Biología y comunicadora para el desarrollo, realizó esta visita como parte del trabajo preliminar para su tesis de maestría en Psicología Comunitaria en la PUCP. Su investigación, vinculada al proyecto CICLOMIN del Laboratorio de Ecotoxicología – LID (FACI), tiene como objetivo aportar una perspectiva comunitaria a los procesos de remediación ambiental, poniendo en el centro las voces y experiencias de la población local.

La Oroya ha sido históricamente una de las ciudades más contaminadas del mundo, producto de más de 70 años de actividad metalúrgica sin controles ambientales. Desde 2019, la empresa estatal Activos Mineros S.A.C. (AMSAC) ha liderado un ambicioso proyecto de recuperación de más de 892 hectáreas en zonas urbanas y rurales, con intervenciones técnicas como la remoción y reemplazo de suelos contaminados.

No obstante, la propuesta de Daniela va más allá de lo técnico. Su investigación busca explorar cómo las personas se relacionan simbólicamente con los espacios rehabilitados. “Para convertir un pasivo ambiental en un verdadero activo territorial, no basta con poner suelo limpio. Las personas deben apropiarse del espacio recuperado, hacerlo suyo, hacerlo útil, bonito y significativo”, afirma la estudiante.

El trabajo se desarrollará principalmente con escolares, considerados como agentes clave para activar procesos de memoria colectiva y resignificación del entorno urbano. A través de narrativas, fotografías, cuentos y otras expresiones artísticas, se espera fomentar un sentido renovado de pertenencia territorial y participación ciudadana.

Durante la visita, Daniela sostuvo reuniones con autoridades locales, líderes comunitarios y representantes de instituciones educativas, validando la relevancia de su enfoque y abriendo canales de colaboración para las siguientes etapas de su investigación. Entre las personas entrevistadas se encuentran:

  • Encargado de Relaciones Comunitarias de AMSAC
  • Directora de la IE N.º 30001-79 del anexo Villa del Sol
  • Alcalde de Santa Rosa de Saco
  • Gerente de desarrollo urbano de Santa Rosa de Sacco
  • Regidora de la Municipalidad Provincial de Yauli
  • Pastor evangélico de la comunidad Santa Rosa de Sacco
  • Director de la IE Antonio Raymondi
  • Profesores de la misma institución

Los espacios visitados durante esta experiencia de campo incluyeron el centro de operaciones de AMSAC, la plaza de Villa del Sol, el complejo metalúrgico, La Oroya Antigua, la IE N.º 30001-79, la Municipalidad Distrital de Santa Rosa de Sacco, la Municipalidad Provincial de Yauli – La Oroya, la IE Antonio Raymondi, el sector Marcavalle en La Oroya Nueva (incluyendo la casa del Pastor Crisanto León) y la plaza La Libertad.

En esta experiencia de campo también participaron Vanessa Arévalo, egresada de la Carrera de Biología de la FACI, y el Prof. Raúl Loayza-Muro, ambos investigadores del Laboratorio de Ecotoxicología -LID. Vanessa brindó apoyo en la recolección de información y el trabajo con actores locales, y exploró, de manera complementaria, cómo el uso de información geoespacial y tecnologías, como el proyecto Andes Data Cube, podría integrarse en procesos de análisis territorial para futuras decisiones de remediación.

El testimonio recogido por Daniela y Vanessa da cuenta de las memorias contrastantes de la población: mientras muchos adultos mayores recuerdan con nostalgia la época de bonanza minera, las generaciones jóvenes enfrentan una ciudad en deterioro, con escasas oportunidades y fuerte migración.

Esta experiencia demuestra cómo el enfoque interdisciplinario y el compromiso desde la formación científica permiten generar propuestas más integrales y contextualizadas frente a los grandes retos ambientales del país. Desde la Facultad de Ciencias e Ingeniería, se seguirá impulsando la participación activa de sus estudiantes en iniciativas que promuevan el conocimiento aplicado con impacto social y territorial.