Camila Zamora y el Laboratorio de Biología Marina

Camila Zamora, estudiante de quinto año de la carrera de Biología, nos cuenta sobre su participación en el Laboratorio de Biología Marina.

Desde muy pequeña, Camila sabía que le gustaba la ciencia, y una vez que ingresó a la universidad, desde su primer año, se enamoró de su carrera. “A lo largo de estos 5 años, lo que más me gustó fue el entusiasmo y cariño con el que algunos profesores te enseñan y cuentan sobre lo que a ellos les apasiona”, mencionó.

WhatsApp Image 2021 12 15 at 17.35.13
Camila Zamora

Ingreso al laboratorio

“Después de realizar mi TDI sobre identificación molecular por DNA barcoding de tiburones ángel, bajo la asesoría del Dr. Pedro Romero, me di cuenta de que me gustaba esa rama. Le comenté que en los últimos años no había podido ganar mucha práctica por la virtualidad y que por favor me avisara cuando volvieran a los laboratorios porque quería ver y aprender más. Él me dijo que si estaba interesada, me podía enseñar bioinformática y le dije que sí y le agradecí por la oportunidad”, comentó. De esta manera, es como Camila comenzó a asistir al laboratorio 1 vez por semana.

Los profesores siempre están dispuestos a ayudar a aquellos que muestran interés. Si tienes alguna duda, compártela con tu profesor, menciona que te interesa el tema y que te gustaría aprender un poco más, y si es posible unirse a su laboratorio para aprender de ellos”, mencionó.

Bioinformática en el Laboratorio de Biología Marina

El laboratorio se enfoca en investigación en ecología molecular, principalmente en especies marinas”, comentó.

“En cuanto a mi desenvolvimiento en el laboratorio, en su mayoría, era para el lado bioinformático. He aprendido a realizar análisis de secuencia de DNA, alineamientos, análisis de selección, a generar árboles filogenéticos, a partir del método de máxima verosimilitud e inferencia bayesiana, y a programar, aunque también he tenido la oportunidad de hacer extracción de DNA y PCR”, añadió.

Camila aprovechaba su tiempo en el laboratorio para avanzar los ejercicios bioinformáticos que su asesor le mandaba o para ver tutoriales, y una vez el Dr. Pedro Romero revisaba su avance y le daba el visto bueno, preguntaba si alguien necesitaba ayuda. Lo que más le gustó de su estancia en el laboratorio es que siempre la dejaban participar, incluso si no contaba con experiencia. “Que te expliquen mientras alguien más lo está haciendo a tú costado, y que después tú también lo hagas, en mi opinión es la mejor forma de aprender. No solo se te queda la teoría, pero en el futuro también te acuerdas la forma en la que lo hiciste y el por qué”, señaló.

Asimismo, Camila resaltó que a partir de su involucramiento en el laboratorio se ha vuelto más autodidacta, buscando respuestas y aprendiendo nuevos lenguajes de programación por su cuenta.

Mitogenomas cocodrilianos

El proyecto de tesis de Camila es acerca de la selección positiva en el DNA mitocondrial de cocodrilianos, con el objetivo de buscar evidencia molecular a la tolerancia a la salinidad.

“En simples palabras, quería averiguar si habían cambios en el DNA mitocondrial, encargado de codificar complejos de proteínas para la fosforilación oxidativa, de 7 especies de cocodrilianos que habitan en ecosistemas de agua salada. Me pareció interesante el tema porque la mayoría de cocodrilianos son de ecosistemas de agua dulce, por lo cual deberían haber mutaciones que permitan que solo estas especies pueden habitar en ambientes donde incrementa la salinidad, condición que requiere más energía”, comentó.

Encontré que había selección positiva significativa para un gen, NAD6, en el cual hay un mayor número de mutaciones no sinónimas que sinónimas, las cuales podrían estar asociadas a la tolerancia de la salinidad”, señaló.

Algunas especies presentan cambios a nivel morfológico, como glándulas salinas, para lidiar con la salinidad. Sin embargo, no todas las adaptaciones tienen que ser necesariamente visibles, sino que también pueden estar reflejadas en el material genético. Investigaciones como la de Camila permiten corroborar las adaptaciones observadas en campo a partir de análisis bioinformáticos y brindar información básica sobre la evolución del DNA mitocondrial. Además, el análisis de selección realizado, podría ser replicado para otras especies, para evaluar si han ocurrido adaptaciones a nivel molecular ante algún cambio de hábitat.

Siempre hacer ciencia

Para terminar la entrevista, Camila dejó un consejo que le hubiera gustado que le dieran al inicio de su carrera:

“Cuando ingresé a la universidad, pensé que recién haría investigación una vez terminara de estudiar y contará con una maestría, pero no es así. La puedes hacer en cualquier año de la carrera. Eso es lo más bonito. A mi me hubiera gustado que me dijeran justamente eso desde un inicio, que no tengo que esperar para involucrarme. Cuando busquen un tema de trabajo de investigación, elijan uno que los apasione, un tema que te motive a seguir investigando cada mañana. Por último, algo que se me ha quedado después de 5 años de carrera, es algo que los profesores siempre dicen, si no compartes lo que sabes, es como si no supieras nada”.