Conociendo el Laboratorio de Palinología y Paleobotánica con Daniel Meza
Daniel Meza, egresado de la carrera de Biología, nos comenta acerca de su etapa universitaria, su experiencia en el Laboratorio de Palinología y Paleobotánica, así como sobre la investigación de tesis que trabaja en este lugar.
En la universidad, debido a sus gustos y los cursos que fue llevando, se interesó por la botánica, la cual lo ayudó a comprender la diversidad de plantas que existen, así como sus propiedades. “Empecé a verlas a partir de su clasificación y las funciones ecológicas que cumplen en el ambiente”, comentó.
Daniel Meza
Laboratorio de Palinología y Paleobotánica
El laboratorio se encarga de la investigación sobre el polen en las diferentes temáticas que involucra, con el objetivo de aplicarlo en proyectos ambientales y de arqueología. De esta manera, a continuación conoceremos las dos áreas principales:
Primero se encuentra la arqueopalinología, que se basa en el estudio del polen en materiales arqueológicos en culturas antiguas. “Se pueden hacer estudios para determinar con qué tipo de planta interactuaron; y sobre restos botánicos, como el almidón y fitolitos, que por su resistencia pueden ser halladas”, mencionó. Así, se busca determinar cuáles son las interacciones entre el hombre y la naturaleza.
Por otro lado, se encuentra la melisopalinología, que trata sobre el estudio del polen transportado por las abejas y los distintos productos agrícolas. Esto permite conocer de qué plantas están hechas las mieles a través de los granos de polen que dejan las abejas en las plantas al absorber el néctar.
Un laboratorio con las puerta abiertas
Gracias a los cursos de botánica, el interés de Daniel por la diversidad de las plantas lo llevó a querer investigar más del tema. Un día le preguntó al profesor Luis Huamán Mesía, coordinador del Laboratorio de Palinología y Paleobotánica, si podía unirse a su laboratorio.
“Él siempre ha permitido que los estudiantes interesados se involucren en el laboratorio”, mencionó.
De esta manera, en un inicio Daniel fue rotando en las diferentes secciones del laboratorio. Primero pasó por el herbario; después, a la colecta botánica, donde se depositan y clasifican plantas para verificar si se encuentran adecuadamente clasificadas y conservadas; más adelante, formó parte de la sección que involucra el uso de reactivos químicos para extracción de polen y otros restos.
“Cuando uno llega, rota por todas las secciones. Dependiendo de cuál sea más afín contigo, decides en cuál deseas permanecer. En total son cinco: herbario, arqueología relacionada con polen, granos de almidón, fitolitos y melisopalinología (estudio del polen en productos apícolas)”, señaló.
Gracias a su participación, Daniel ha aprendido diversas metodologías para la conservación de plantas recolectadas en campo, procesos de extracción mediante distintos reactivos químicos para obtención de polen/fitolitos/almidón, la identificación y determinación de plantas mediante observación de órganos de polen/fitolitos/almidón y mucho más. “También supe ser más ordenado y ágil, así como a manejar mis espacios y tiempo”, añadió.
Día a día en el laboratorio de acuerdo al área
De acuerdo a las secciones contenidas en el laboratorio, Daniel nos comentó cómo se desarrollan las labores dentro.
En el herbario primero se gestiona el orden de labores, las cuales pueden incluir la actualización de datos de una familia de plantas; si existente concordancia entre lo presente en el herbario con lo registrado en la base de datos, esto incluye la clasificación de las plantas por sección, analizando su especie, nombre, día en que fue recolectada y localidad, con el objetivo de actualizar la información.
En arqueología primero se espera el ingreso del investigador para iniciar las labores. “Se manipulan las muestras arqueológicas y se tiene que realizar un raspado en las secciones donde hay gran posibilidad de deposición de polen para ser colocados en vasos precipitados”, señaló.
Esta muestra se lleva a la sala de procesos para incorporar los reactivos, luego se calientan las muestras en una estufa, con el fin de que se pueda evidenciar el polen. Una vez obtenido, se fija y espera a que se deposite en la parte basal. Al día siguiente se extrae con pipeta y se deposita en una lámina portaobjetos para posteriormente contar los granos de polen hasta un número determinado. Así, se determina el tipo de polen para saber de qué tipo de planta proviene.
Respecto a la melisopalinología, que incluye dos secciones, las actividades son las siguientes:
Una involucra realizar una muestra de flores que hayan sido visitadas por las abejas, llevarlas a la sala de procesos y mediante reactivos extraer los granos de polen. Esto incluye centrifugado, calentar la muestra y más labores. Al finalizar, se deposita el polen en viales para que al día siguiente se realice la identificación.
Por otro lado, una vez se conocen las plantas alrededor de la miel, se extraen muestras para pesarlas y en sala de procesos, con reactivos, se extraen granos de polen, centrífuga y calienta, para luego depositarla en recipientes e iniciar la identificación al día siguiente.
Daniel Meza en el Laboratorio de Palinología y Paleobotánica
Determinación de flora melífera del Valle del Mantaro
La tesis de Daniel busca determinar la flora melífera del Valle Mantaro. Para desarrollarla, primero tiene que determinar la flora alrededor de las colmenas, es decir, ir al lugar, recolectar la miel y la planta respectiva. Así, en el laboratorio realizará el proceso de extracción de polen. Para esto, utilizará diez muestras de miel y esperará hasta que el polen se deposite para identificarlo.
Esta investigación es importante porque permite conocer qué planta presente en determinada miel es más abundante que otra, debido a que ciertas mieles proceden de plantas específicas.
“Hay abejas que visitan a plantas no por su néctar, sino, por el polen u otras características, motivo por el cual no es fácil determinar de qué planta se compone la miel, por eso los reactivos químicos ayudan en este proceso”, mencionó. Además, también ayudará a los apicultores a tener mayor conocimiento de la flora que los rodea.
Actualmente, se encuentra recolectando las plantas para realizar la extracción y exposición del polen y así comparar con lo encontrado en las flores.
Llenarse de experiencia
Finalmente, Daniel decidió dar un mensaje a la comunidad herediana, principalmente a los estudiantes que recién inician en el proceso de aprendizaje e investigación:
“Llénense de experiencia, entren a cursos que vayan con sus intereses para que experimenten, tanto a nivel teórico como práctico. También únanse a voluntariados o laboratorios como rotantes para que complementen su personalidad y habilidades, así como su desarrollo profesional”, expresó.